Fragilidad

La fragilidad es un estado de pre-discapacidad⁽¹⁾. La prevalencia en España en la población mayor de 65 años se estima en un 8,4%. Es posible revertir la fase previa a la dependencia con un adecuado tratamiento físico, nutricional e intervención clínica. Una intervención temprana puede retrasar e, incluso, revertir la fragilidad y la discapacidad⁽²⁾.

Las caídas son una causa importante de la dependencia en las personas mayores y, a su vez, uno de los desenlaces adversos de la fragilidad. Aproximadamente un 30% de las personas mayores de 65 años que viven en la comunidad se caen al menos una vez al año⁽³⁾. Las caídas en personas mayores tienen graves consecuencias; el 50% de las personas que sufren una fractura por una caída no recuperan el nivel funcional previo, por eso las caídas pueden suponer a menudo el inicio de la discapacidad en el anciano⁽⁴⁾.

En las personas frágiles suele darse pérdida de masa muscular, disminución de la fuerza, y como consecuencia disminución del rendimiento físico. Esta pérdida de masa muscular puede conducir a una pérdida de peso. El aporte de ingesta calórico-proteica junto a la actividad física garantizan un rendimiento óptimo del músculo, además de combatir la pérdida de peso, componente este último del síndrome de fragilidad. El tratamiento nutricional es eficaz para conseguir un aumento de peso, aumento de la masa muscular, aumento de fuerza de presión manual y reducción en el número de complicaciones y caídas⁽⁵⁾.